Desde hace unos años, Victoria Fonseca (66) lleva adelante Náutico Bags un emprendimiento que se dedica a reutilizar velas de barcos sin uso para crear bolsos, porta cosméticos, tote bags, riñoneras, sobres, mochilas y lonas.
De esta manera, se transforma lo que se descarta, dándole otra oportunidad a las velas y también contribuye a reducir los residuos ofreciendo productos únicos, ya que es un material impermeable, resistente y de larga durabilidad.
Oriunda de Tres Arroyos y profesora en Lengua y Literatura Inglesa y Traductora Pública Nacional , egresada de la Universidad Nacional de La Plata, en la actualidad Victoria vive con su familia en Concepción del Uruguay; y cuenta que lo que empezó como un hobbie, hoy es un emprendimiento.
T.F.- ¿De dónde nace esta idea de recuperar las velas de los barcos?
V.F.- La idea de recuperar las velas de los barcos salió de la primera vela que me regaló mi marido. Él siempre ha estado ligado a la náutica, navega de chiquito, tenía siete años y se iba de regatas con sus hermanos mayores. Y bueno, a mis chicos también los criamos en el río. Vivimos contra el río Uruguay. Así que así empecé: con una vela que me regaló mi marido. Se me dio por hacer un bolso y a todos les gustó y en el club les gustó, después de eso, empezaron a darme velas que no usaban.
T.F.- Contame sobre los productos que vendés
V.F.- Los productos que vendo son todos hechos a mano. Hace casi 10 años que hago esto. Entonces, cada año trato de mejorar un poco, tener un producto nuevo o alguna innovación en el producto que ya tengo. Empecé con bolsos tipo deportivo, bolsos grandes, después seguí con mochilas, morrales, riñoneras, porta cosméticos -ese es uno de mis productos fuertes-sobres…Y después empecé a hacer lonas. Algunas las hago personalizadas, por encargue, o sea, me das el número de vela de tu optimist o de tu laser y yo la imprimo. Son unas lonas grandes XXL con diseño como si fuese una vela y la imprimo con el número tuyo propio . Lleva tiempo porque es el diseño, después mando a estampar a Bs.As, hago el dobladillo de la lona, pongo la etiqueta, pongo detalle símil cataventos y recién ahí está lista. También trabajo con artistas, hay bolsos pintados a mano; amo el arte, entonces trato de valorizar mis bolsos con arte.
T.F.- Quiénes son tus clientes
V.F.- Mis clientes empezaron siendo los socios del club (Yacht Club Entrerriano). Hace más de 30 años que somos socios del mismo club (yo soy de Tres Arroyos, vine cuando me casé). Bueno, mi suegro fue socio fundador entonces es como nuestro segundo hogar. Y nuestros amigos son del club y empezaron siendo ellos mis clientes. Después se fue extendiendo a otros navegantes y también tengo mucha gente que no es de la náutica. O sea, hay quienes les gusta la estética náutica o les gustan los productos porque son impermeables, o livianos o porque son eternos. El material (la vela) tiene muchas virtudes, ya sea la vela usada que es mi fuerte o el material nuevo que también compro afuera, en el exterior.
T.F.- ¿Cómo es tu relación con el mundo de la náutica?
V.F.- Bueno, como decía, mi relación con el mundo de la náutica fue por mi marido. Apenas vine de novia a Concepción, salir a navegar era como salir a pasear a tomar mate. Y la verdad que fue algo que me cautivó de entrada, es un deporte que me encanta. Me gusta navegar, me gusta la gente que navega, me gusta mucho andar al aire libre. Bueno, me gusta mucho la estética de los barcos, me parecen hermosos. Y es como que tenemos, obviamente, como todo el mundo en cada deporte, un código común, o sea, en ese código enseguida te reconoces con otro que navega, es como que tenés algo fuerte de entrada con el otro.
T.F.- ¿Cómo conseguís el material?
V.F.- Primero, lo empecé consiguiendo por la gente del club. Cuando empecé a hacer esto, todos me apoyaron enseguida. Después, por ahí caía alguna vela de alguien que se enteraba hasta que generé un plan canje. Y ahí fue que tuve más acceso a velas usadas en buen estado, que no es fácil, porque la vela de barco es un elemento muy caro y el que tiene una vela usada en buen estado puede optar por venderla. Bueno, me han dado velas espectaculares, en muy buen estado. Me han dado otras que no tanto y he tenido que rechazar velas porque realmente eran de un estado que no servía para hacer un bolso, porque esa es otra: después tengo que tener un producto digno, un producto lindo y durable. Así que tiene que estar en buen estado la vela. Y ahora con este plan, la idea es que ellos me donen una vela y yo les hago el producto que quieran (bolso, mochila, etc.) totalmente gratis. Ellos se sacan de encima la vela que ya no usaban y se quedan con algo totalmente gratis que les gusta tener.
T.F.- ¿Y cómo es el proceso de trabajo?
V.F.- Me llega la vela y corto los paños de acuerdo al molde que vaya a usar. Con el tiempo he ido armando moldes para todos los modelos. Al principio, cada bolso lo hacía a ojo y luego ya para producir necesito moldes si no lleva mucho tiempo. Y bueno, una vez que corto los paños, los lavo. Hay paños que requieren más trabajo que otros. Hay paños que vienen muy sucios y tengo que trabajar bastante y hay otros que no. Después, una vez que está el paño lavado, empiezo a coser. Yo también me ocupo de sacar fotos, me ocupo de los envíos por encomienda; y bueno, lleva mucho tiempo porque el lavado, el cortado, la costura, lleva tiempo pero trato que el material quede impecable y trato de ser cada vez más prolija con la costura, ¡me encanta coser!
T.F.- Algo más que quieras agregar…
V.F.- Lo que quiero agregar es que al margen de ser una actividad que me encanta porque se junta todo: se junta que amo el agua, me gusta navegar, me gusta andar al aire libre, me gusta coser, me gusta el diseño. También me divierte mucho el acto de vender, y va más allá del dinero. El vender me ha posibilitado conocer gente de todos lados, de hacerme amigas por este emprendimiento, me he hecho amigas que solamente conozco online, pero tenemos una relación, bueno, debe ser porque tenemos en común esto fuerte…este deporte. He conocido gente en el exterior y siempre que viajo ¡llevo algún bolso! Este emprendimiento siempre es como una puerta que me abre a otras personas, a otros mundos, a otras experiencias; ha sido muy trabajoso, pero muy enriquecedor.
Muy buena nota. Muy interesante esta combinacion de deporte, arte y que se transforma en un trabajo.
Gracias! 🙂